martes, 20 de abril de 2010

La Generalitat de Cataluña quiere prohibir anuncios religiosos y filosóficos en los medios de comunicación públicos

La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, entre los que se encuentra la cadena autonómica TV3, no podrá emitir publicidad de ideas, según debate el Parlament


El libro de estilo de TV3 y de los medios que forman la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) se está debatiendo en la actualidad en el Parlament de Cataluña. Uno de los puntos que contempla es la prohibición de que se publiciten partidos políticos fuera de época de elecciones algo que no es necesario ya que así está estipulado por la ley electoral en España. ForumLibertas ha podido saber que otro de los puntos que se aprobarán es que tampoco se puedan difundir por medios publicitarios ideas religiosas o filosóficas, eso ninguna ley estatal lo contempla ni está censurado por ninguna norma hasta ahora.

La misma norma -y bajo el mismo título “Materias de publicidad restringida”- prohibiría que no se realizaran prácticas publicitarias en la televisión pública autonómica sobre tabaquismo, alcoholismo o drogadicción (tal y como recuerda la legislación vigente), tampoco sobre esoterismo, prácticas adivinatorias o prostitución y explotación sexual. El borrador del libro de estilo tampoco aceptaría “publicidad que incite a trastornos de la conducta alimentaria, la ludopatía u otras adicciones”.

Con esta norma la televisión pública catalana equipararía las restricciones al tabaquismo y esoterismo, entre otros, con la difusión de ideas religiosas o filosóficas. Es evidente que esta propuesta está fuera de lugar y dice poco a favor del nivel cultural y social de una televisión pública.

¿Qué televisión pública equipara esoterismo con religión?

Si un anunciante quiere difundir una campaña sobre Aristóteles, ¿por qué no va a poder hacerlo? El control de la Generalitat sobre los medios de comunicación públicos roza el totalitarismo ideológico ya que al difundir y publicitar constantemente las iniciativas del propio Gobierno y controlar en su totalidad los mensajes ideológicos propone una televisión absolutamente sesgada de pluralidad y debate… ni siquiera pagando.

Este libro de estilo propone una televisión pública íntegramente controlada ideológicamente por la tendencia política gobernante y con la exclusiva de de las ideas que en ella se transmiten ya que controla hasta el área publicitaria que cierra el acceso a nuevas ideas que se quieren introducir aunque sea pagando.

Lo mismo que el Ayuntamiento de Barcelona y TMB

Esta iniciativa del Parlamento catalán gobernado por el Tripartito -liderado por el PSC- se enmarca en el mismo control ideológico que demostraron los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona al censurar mensajes filosóficos y religiosos en los espacios publicitarios de los autobuses municipales de Barcelona.

El pasado mes de diciembre de 2009, el Ayuntamiento de Barcelona vetó la campaña provida de Mucho en Común en los autobuses de Barcelona, que pretendía sensibilizar a los jóvenes y al resto de la sociedad sobre las consecuencias del aborto. Contra esa decisión, la asociación E-Cristians envió entonces una serie de escritos a autoridades pidiendo que el ‘Protocolo’ con que justificaba el consistorio su decisión quedara sin efecto.

Uno de los destinatarios de ese escrito, la Síndica de Greuges (el ‘defensor del pueblo’ en el Ayuntamiento de Barcelona), Pilar Malla, dió la razón a E-Cristians al apreciar que “la denegación a publicitar la campaña de Mucho en Común” limitaba “la libertad de expresión”, por lo que recomendó “al Ayuntamiento revisar el Protocolo”.

Cabe recordar que, a lo largo de los dos últimos años, diversas asociaciones de todo tipo estuvieron haciendo servir la publicidad en los autobuses de las grandes ciudades, concretamente en Madrid y Barcelona, un hecho bastante común en todas las grandes ciudades europeas.

En el caso concreto de Madrid, nunca ha hubo ningún problema. Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona se sacó de la manga un ‘Protocolo’ de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) para poner fin a este tipo de iniciativas.

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